Cómo nació nuestro proyecto de velas
- Esteban Molina
- 5 mar
- 3 Min. de lectura
Nuestro proyecto de velas comenzó como un descubrimiento personal, casi por accidente. No nació con la intención de convertirse en un negocio, sino como un ejercicio de aprendizaje, un proceso creativo que despertó mi curiosidad.
El reto de innovar en un mercado tradicional
Desde el inicio, quería hacer algo diferente, algo que rompiera con lo convencional. Pero cada intento me llevaba al mismo resultado: una vela que se veía igual a las que existían desde hace 30 años. Gran parte de este problema se debía a la escasez de insumos innovadores en el país. Las pocas tiendas que vendían materiales para la confección de velas ofrecían exactamente lo mismo que hace décadas.
Fue entonces cuando nació en mí el deseo de lograr lo imposible: redefinir lo que significa “una vela” en la actualidad.
Vela tradicional vs Vela Aire
De la idea al negocio
Con esa meta en mente, la idea de convertir este proyecto en un negocio comenzó a tomar forma. Pero antes de lanzarnos, necesitábamos entender qué se estaba ofreciendo en el mercado.
Compramos velas de otros emprendimientos y tiendas que considerábamos futura competencia y las probamos. Y entre más explorábamos, más claro nos quedaba que no queríamos hacer lo mismo que los demás. Queríamos destacar, crear algo con una identidad propia.
La búsqueda de materiales y el primer gran hallazgo
En esa búsqueda, un material llegó a nosotros de manera inesperada: la madera. Siempre ha sido uno de mis materiales favoritos y ya tenía algo de experiencia trabajando con ella, así que supe de inmediato que debía incorporarla en nuestro diseño.
Pero la forma y los materiales eran solo una parte del reto. También queríamos que nuestras velas ofrecieran una experiencia sensorial única, así que nos embarcamos en otro proceso: la selección de los aromas. Probamos más de 100 aromas antes de elegir las tres que formarían parte de nuestra primera colección.
Lo que siguió fueron siete meses de experimentación. Un proceso de diseño, prototipado y prueba en el que fabricábamos una vela por día, trabajando en el garaje de nuestra casa. Cada día avanzábamos un poco más, pero sin saber exactamente cuánto nos faltaba para llegar al producto ideal.
Primer acercamiento al producto final y en nuestro primer espacio de trabajo.
El gran momento: nuestra primera colección
Después de meses de esfuerzo, logramos crear la vela que soñábamos: minimalista, contemporánea y completamente distinta a lo que había en el mercado. Y no solo eso, sino que también diseñamos un empaque increíble que complementaba la pieza a la perfección.
Como si fuera un golpe de suerte (aunque sabemos que fue más bien el resultado del trabajo duro), en nuestro primer mes después del lanzamiento logramos que nuestra vela entrara a su primera tienda: Crate & Barrel.
Una de las primeras fotos de estudio de la primera colección y la primera foto del producto en los estantes de Crate & Barrel.
Crecimiento y evolución: casi 4 años después
Desde entonces, no hemos parado. Llevamos casi cuatro años creciendo y mejorando, siempre con la misma misión: transmitir el valor artesanal y de diseño de nuestros productos. Queremos que cada vela forme parte de los momentos más especiales de nuestros clientes, creando atmósferas únicas y memorables.
Este es solo el comienzo de nuestra historia. Y si algo hemos aprendido en este viaje, es que lo imposible solo es cuestión de tiempo y dedicación.

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